jueves, 17 de septiembre de 2009

Etimologías chilensis






Descubra el verdadero origen de su palabra favorita


Todos los días decimos cancha, zapallo y chasquilla. También son frecuentes guarén, trapicarse y pucho. Este Dieciocho, revise la herencia de las lenguas originarias.
Romina de la Sotta Donoso
Algunos harán malones. Otros, curantos. Muchos tomarán chicha. Y no faltará quien rayará la cancha al bailar cueca, o gritará destempladamente "¡huifa!". La celebración dieciochera se nutre de palabras que provienen de las lenguas originarias: los malones, los curantos y la interjección huifa son de cuño mapuche; la chicha y la cancha son parte del legado inca en nuestro país. Y sólo son algunas de las palabras de uso diario que heredamos del mundo indígena.
"Esto nadie lo sabe, y a nadie le interesa. Todos quisiéramos ser ingleses", acusa irónicamente Carlos Aldunate, director del Museo de Arte Precolombino, y agrega: "No reconocemos nuestros ancestros indígenas, y eso que todos somos mestizos. La raíz profunda de lo que está pasando hoy día con los pueblos indígenas es el profundo desconocimiento de nuestros orígenes".
Sigilosamente, mientras el castellano se iba imponiendo en el territorio, numerosos términos indígenas se infiltraban, en una suerte de revancha poética.
"Soy mapuche, pero también me habita la chilenidad. Aunque en el Dieciocho no tengo nada que celebrar, vengo de un pueblo que acepta que se conmemore", dice el poeta Elicura Chihuailaf. Y revela algunos vocablos que su lengua fue regalando: "Pichín o pichintún es un poco. Malón, ir varios a saquear un lugar. Cahuín viene de cawiñ, fiesta, a veces enredada con borracheras. Trapicar, es atorarse con la saliva como si tuviera ají, porque trapi es ají. Y los chapecitos de las niñas, provienen de trapel, que es trenzado. Los idiomas nacen de la oralidad, lo demuestra el hecho de que en todos ellos existen onomatopeyas".
Cautiverio Feliz
"Con un colega analizamos una crónica del siglo XVII y encontramos 113 términos indígenas. 71 eran del mapudungún, y 22, quechuas", comenta Carlos González, especialista en cultura indígena y profesor del Instituto de Estética UC. Habla de "Cautiverio Feliz", de Núñez de Pineda y Bascuñán: "Es impresionante: el español recién llevaba un siglo en América, y ya se había apropiado del lenguaje de casi todos los pueblos. Llama la atención que en España se suelen usar palabras con origen en lenguas indígenas: las consideraron tan precisas, que las tomaron".
Da ejemplos comunes en Chile: "A los pueblos que se llaman Pencahue, les podemos decir, de forma más elegante, Zapallar, porque es lo mismo: lugar donde hay zapallos. En quechua se dice zapallo, y penca en mapudungún".
Quechuas son, explica, la chacra y el apetecible chacarero. También chino y china (sirviente) y choro. No así las machas, que son mapuches.
"Entre Los Vilos y Chiloé, se hablaba mapudungún mil años antes de que llegaran los españoles. En cambio, el quechua aparece en la zona central recién en el 1400", agrega Aldunate. Y sigue: "Es curioso, en nuestro idioma hay muchas más palabras quechuas que mapuches. Probablemente se debe a que fuimos parte del imperio incaico y que en la Colonia llegaron muchos yanaconas, que eran quechuaparlantes. Muchas de sus palabras las usamos comúnmente, como cancha, que es una especie de gran patio, un espacio libre típico de la arquitectura ortogonal inca". Suma más voces quechuas: huincha (tira larga), choclo, poroto, callampa y yapa. Los cachos, el concho, la chasquilla, las chauchas (monedas chicas), la chaya, el chupe. La guaraca (onda) y la guasca (látigo). La pampa (planicie), la papa, el tata (abuelo) y la mama (mujer a la que se quiere).
Pucho y cufifo
Se suma en la búsqueda de palabras de origen mapuche el periodista Héctor Velis-Meza:
Achunchar. Ruborizarse, apocarse. "Proviene de la locución chucho (o chuncho), lechuza que se encoge cuando se le enfrenta".
Allallai. Proviene de allaalla, expresión que el pueblo mapuche emplea para referirse, con entusiasmo, a algo muy bonito y agradable".
Cufifo. "Es el que anda entonado, medio borracho. Surgió de una voz mapudungún que significa calentar, en el sentido de andar acalorado por el exceso de alcohol".
Guarén. En mapudungún significaría ser malo.
Huifa. "Probablemente nace de la locución mapudungún huyviln, que quiere decir contornearse con elegancia, sensualidad y donaire".
Paila. Quiere decir espaldas o boca arriba. "Por eso, irse a las pailas es caerse de espaldas, y un pailón, el que tiene las espaldas muy grandes".
Pichiruchi. Gente diminuta.
Pucho. Originalmente, nombraba sólo a la colilla del cigarrillo. "Nace de la voz puchum que quiere decir sobras".
DIGA TREN
"Ya en los 40 -dice Aldunate- el gran lingüista Rodolfo Lenz decía que nuestra fonética tenía bastante origen mapuche. Por ejemplo, el fonema tr. La pronunciación como tch , tan común en Chile, es muy mapuche".

Fuente: El Mercurio, miércoles 16 de septiembre de 2009
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