domingo, 28 de septiembre de 2008

Bienvenidos y bienvenidas (o al revés)

Hola: Algo tarde pero nos encontramos. Por ahora sólo les dejo unos vídeos para que vayan internalizando algo de los contenidos de la asignatura a la cual se verán enfrentados/as este semestre.

El lenguaje y sus manifestaciones orales será nuestro primer acercamiento.


¿Cómo lo ven acá?









¿Qué es esto?





¿Quién no entiende esto?




Upss






Como ven en todas estos ejemplos está el Español. Cuál es la diferencia?



La voz de la Academia

En el nuevo diccionario de la Real Academia Española, aparece en letra de molde, nuestro tan familiar huevear. El camino a la consagración fue arduo. Para que la Academia hispana registre una palabra es necesario que ella sea usada ampliamente en un país y que signifique lo mismo durante un largo periodo.

El director de la Academia Chilena de la Lengua, Alfredo Matus explica que ese organismo selecciona las palabras usadas en Chile y envía ese material a su contraparte madrileña. De las propuestas chilenas, más del 95 por ciento fue incorporado en la edición 2001 del diccionario de la RAE.

Cerca del 53 por ciento se registró como uso exclusivo en nuestro país. Bajo ese rótulo caen por ejemplo: alolarse, apitutar, arreglín, billullo, caluga, condoro, cuchuflí, largona, majamama, ñecla, pichintún, rotaje y tallero. El 15 por ciento es compartido con otros países. Eso incluye entre otros, apertrechar, ausentismo, brilloso, golpiza, bajonear, engrupir, asquiento, cantinfleo, luca y chancletero. El resto aparece sin marca geográfica, como antivirus, cibernauta, fan, ingesta, liguilla, narco o suertudo.

Las palabras chilenas- exclusivas o compartidas- conformarán el Diccionario de uso español en Chile que prepara la Academia nacional. Los trabajos preparatorios comenzaron en 1997. La meta es editar el libro en 2010, en el marco de la conmemoración del bicentenario. Asi tanto demora la elaboración de una obra como ésta. Matus recuerda que la RAE tardó diez años en afinar la nueva versión de su compendio. Y el proyecto de un Diccionario del Español de México partió en 1973 y aún no termina. En estos días, los lingüistas de la Academia Chilena conforman una base de datos computarizada, para lo cual revisan concienzudamente novelas, cuentos, diarios y revistas actuales. A fines del próximo mes será publicada una muestra de este trabajo una selección de vocablos de uso corriente en Chile, Tan corriente como es huevear. Pero no hay que confundirse. Podrá aparecer en los diccionarios, pero la palabreja todavía es un insulto. Junto a su definición, la RAE estampó una advertencia: vulgar. En el mundo de las palabras, es casi como salir en Dicom.

Pueden encontrar los libros en la Editorial Aùn creemos en los sueños, ubicada en Librería Le Monde Diplomatique: San Antonio 434 Local 14 Santiago http://www.editorialauncreemos.cl/